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Mostrando entradas de mayo, 2025

IA

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Alan Turing in watercolour generated by Midjourney AI.  20 January 2023.  Midjourney AI, prompted by Netha Hussain. P ublic domain.   Concluimos este segundo volumen, y lo hacemos sobre la IA generativa  en función de las controversias y debates en torno a ella. De esta manera, he compuesto un romance en forma de redondillas y le he llamado “Romance de la IA”, o simplemente “IA” Tras él hay una nota interpretativa del poema. IA Artificial viene de arte, de “ars” que es hacer con saber, de manos que al comprender transforman forma en parte. También de “facere”, hacer, con intención y medida, no es magia ni cosa herida, sino el flujo de entender. Y aunque hoy suene distinto a lo humano, a lo sincero, lo artificial es primero lo que el hombre hizo por instinto. No nace del sol ni del río, ni del árbol ni el coral, pero no es cosa banal: es del hombre desafío. Si natural es la flor que brota sin que la esperes, artificial son placeres que forjamos de...

El Algoritmo

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No podia faltar un poema, unas quintillas, a este nuevo dios en el Olimpo, a este nuevo santo en el santoral EL ALGORITMO El Olimpo tiene un dios, un nuevo santo ha llegado, una Virgen, otro rostro, con su culto revelado: el algoritmo feroz. Omnipresente y fatal, sabe lo que tú deseas, teje redes donde creas ser tan libre y racional… y te guía sin igual. Sabe el menú del almuerzo, el perfil que más te encaja, el regalo que te atrapa, y hasta el horóscopo inverso según tu risa o tu queja. Te elige novia o marido, sin pasión, pero preciso. No hay azar, no hay compromiso, todo está ya definido en tu rastro repetido. No es oráculo ni augur, es más fiable y sereno, y aunque viste de moderno es sacerdote muy duro de lo ya visto y eterno. No lo culpes si no acierta, si no supo que cambiaste. Es que fuiste tú quien antes le dejaste puerta abierta  y tu historia le entregaste. No quiere innovación ni apoya el salto sin red. Solo afirma: “esto fue bien”, y encierra tu evolución en lo que aye...

Cuartetos a una pintura de San Bartolomé

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  En cuadro  de Saura, amigo dilecto, la iglesia de San Bartolomé resplandece, con símbolos y formas que el alma ve, y el arte revive, con estilo perfecto. El Palacio de Riquelme, bello y noble, desapareció, y en su lugar se alza, un monstruo de hormigón. Sucio, lo tapa, Pero en el cuadro, la belleza es posible.   Como en Caradoc, las memorias reviven. La esencia de Murcia se revela clara. Con Justo Millán, el estilo se declara, y el Romea, la Plaza, y la Caridad perviven.   El mausoleo de Joaquina Plana brilla, con símbolos y formas que el alma admira, la belleza del arte, sin dejar que muera, Y en el cuadro, la verdad se aquilata y mira.   El libro completo está  aquí  

Cuartetos a San Bartolomé, una pintura de Fulgencio Saura Mira que restituye la mirada

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  I San Bartolomé se alza sin prisión, pues Fulgencio, en su lienzo, ha desterrado el bloque gris que usurpa lo sagrado donde Riquelme alzaba su mansión. II No hay monstruo urbano, no hay contorno impío: la pincelada invoca lo perdido, palacio imaginado, restituido bajo el azul sereno del estío. III Más que figura es símbolo encendido, mensaje entre columnas desplegado, donde el ojo interior queda atrapado por lo invisible que ha sido tejido. IV Justo Millán murmura desde el trazo: está el Romea, la plaza, la Caridad, y el mármol que guardó la eternidad de Joaquina, sin nombre y sin abrazo. V Y en nuestra Caradoc, tan bien hablada, revive lo que el arte deja en claro: el alma tras la piedra, lo bizarro de dar memoria a aquello que no es nada. El libro completo está  aquí    

Romance de San Bartolomé sin sombra y nota interpretativa – "Pintar lo que ya no está"

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Romance de San Bartolomé sin sombra Fulgencio alzó su  pincel con gesto limpio y seguro; borró el bloque que mancilla el viejo trazo del mundo. Donde el Riquelme albergaba al sol sobre sus escudos, ahora el aire respira como antaño: claro, justo. No hay monstruo de mil ventanas ni ladrillo sin discurso, solo iglesia recobrada bajo un celeste absoluto. La iglesia cobra sentido, no por forma, sino rumbo: por los signos que perduran y se elevan en lo oculto. El lienzo no es solo imagen, es mensaje, es fiel conjunto de palabras arquitectas de lo que somos y fuimos. Está Justo en el alzado, en la cornisa y el pulso, como en la Caridad viva, o en el Romea profundo. Y el mausoleo sin nombre dice más que cien sepulcros: Joaquina fue inmortal aunque le robaran título. Conversamos largamente, como en Caradoc , y juntos vimos pasar la ciudad como un fantasma en ayuno. Pero aquí la piedra canta, el azul todo lo inunda, y Saura pinta el silencio que es más verdad que el tumulto.   Nota int...

Elegía a un tipo de mujeres

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En calles solitarias, donde la noche se despliega, cuatro mujeres ríen, su alegría es un reflejo de una felicidad que, sin embargo, parece ajada, triste, como si faltara algo en su esencia. ¿Por qué, oh musas, su júbilo me parece incompleto? ¿Será que en mi mente antigua, quizá retrógrada, contemplo la felicidad como un dúo perfecto, donde la presencia del otro sexo es estructura presente? La ausencia de manos masculinas que las acompañen parece dejar un vacío, un hueco en su alegría. No es que necesiten permiso para ser felices, sino que, quizá, la plenitud se halla en la dualidad. Su risa resuena, pero mi corazón percibe una melancolía subyacente, un susurro de tristeza. No sé si es mi percepción la que está errada, o si, en efecto, la soledad puede ser una carga. En este cuadro, veo más que una simple reunión, veo la complejidad de la condición humana. La felicidad, ¿es plena sin la mirada del otro? ¿O es que mi visión está teñida de nostalgias pasadas? La noche sigue su curso, y el...

A mi dilecto amigo, con esperanza

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  Figuras familiares en la niñez. Fulgencio Saura Mira A mi dilecto amigo, con esperanza   (En tus ojos cansados aún brilla la fe, y en los de ella, la luz que no se apaga. Este poema es mi abrazo: porque el amor, cuando es verdadero, también sana.)     ---   I. El recuerdo y la juventud   Qué poco dura el bien, dice el amigo, y mira a su amada como fue un día: la colegiala, risa, sol y abrigo, la llama aún con voz de poesía.   Aún a mi edad —suspira entre temblores— la veo como entonces, tan cercana, con su vestido azul y sus colores que aún arden en mi alma veterana.   ---   II. El amor como sostén   Fue el faro en mi tormenta, mi cimiento, mi lienzo y mi pincel, musa secreta, cuando el arte era ruina y desaliento, ella tejía luz en cada grieta.   Sin ella no soy nadie, no respiro, mi nombre es sombra si no está su aliento, y todo lo que fui, lo que aún admiro, se...

Al mar (2)

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Me ofreces, mar, sin precio ni medida, un rostro nuevo al alba cada día: turquesa bajo un cielo en armonía, montes cristalinos, cual plata erguida. O a veces rosa, espejo de mi vida, en calma o con presagio de energía, mas siempre das tu bella poesía, tu oleaje que consuela y no me olvida. Me escuchas sin pedir, sin exigirme, acaricias mi piel hasta la entraña, como amante o madre sin herirme. Si tienes furia, a mí no me araña; y cuando el mundo deja de entenderme, tú susurras tu paz, dulce y extraña.

Al mar (1)

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El mar me lo da todo, sin medida, un tono nuevo al alba me regala; pregunto al despertar cómo se instala su ánimo cambiante, lleno de vida. Un día es luz turquesa que se anida bajo un celeste puro, y que resbala de montes que cual plata, sin escala, se funde con su piel esclarecida. Otras veces murmura, se oscurece, me escucha sin juzgar, consuela el llanto, me envuelve en su caricia y me estremece. Cuando el mundo se aleja, queda tanto: su voz, su paz, espíritu que mece... nadie me da tan libre su encanto.

COPLILLAS DE "EL FARO"

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En la Cafetería de El Faro, en Puerto de Mazarrón, los poetas tejen sueños con el mar como canción. El Mediterráneo brilla, bajo un cielo azul sin fin, gaviotas danzan en lo alto, sus alas besan el confín. Oteando los pesqueros, mi mirada se pierde al viento, amores nacen en susurros, manos se rozan un momento. El faro, con su luz inquieta, como celoso vigía, hablando a los pescadores, guía sus almas, su osadía. A lo lejos, Campo Nubla, montañas de bruma coronadas, se alzan con gorros de niebla, en siluetas por el sol doradas. En la cafetería, versos flotan, como olas en la orilla al son, El Faro del Puerto guarda el latir de cada corazón. Aparecerá en el segundo volumen de "Versa de versos" Miguel Zapata Ros, 2025 ISBN 979-8317325534 "Versa de versos (I)"