Cuartetos a una pintura de San Bartolomé

la iglesia de San Bartolomé resplandece,
con símbolos y formas que el alma ve,
y el arte revive, con estilo perfecto.
El Palacio de Riquelme, bello y noble,
desapareció, y en su lugar se alza,
un monstruo de hormigón. Sucio, lo tapa,
Pero en el cuadro, la belleza es posible.
Como en Caradoc, las memorias reviven.
La esencia de Murcia se revela clara.
Con Justo Millán, el estilo se declara,
y el Romea, la Plaza, y la Caridad perviven.
El mausoleo de Joaquina Plana brilla,
con símbolos y formas que el alma admira,
la belleza del arte, sin dejar que muera,
Y en el cuadro, la verdad se aquilata y mira.
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