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Coplas del yacaré

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  Poema con ironía para niños sobre la ternura y la palabra Nota introductoria El yacaré, tan presente en los esteros y los ríos del Paraguay, donde está el autor a la hora de escribir estos versos, no inspira en ellos ni temor ni curiosidad exótica, sino ternura. Su nombre, de raíz guaraní, suena a verbo en futuro —amaré, querré, seré—, como si lo natural anunciara lo que el hombre aún espera de sí mismo: la quietud, la inocencia, la compañía sin exigencia. Estas coplas nacen de esa contemplación: el deseo de convivir con lo salvaje sin dominarlo, de llevarlo al paseo de El Alamillo como un amigo más, y el remordimiento inevitable ante la fragilidad de su destino. Es así. Obviamente las figuras que utilizo son exageradas e imposibles, llaman a extrañeza y tienden a provocar asombro. Eso es lo que deseo suscitar en pequeños, y alguna ocasional sonrisa en los grandes. Coplas del yacaré Callado está el yacaré, ni triste ni vigilante, se confunde entre la yerba, verde sombra palpitant...

SONETOS EN DIALOGO SOBRE PALMERAS

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DOS SONETOS EN DIALOGO SOBRE LAS PALMERAS (Con una nota interpretativa al final) I. La cruz de Mondrian Gráciles, gentiles, al mar erguís palmeras que en su línea se elevaban, al horizonte inmenso se enfrentaban, y en cruz sagrada al mundo resistís. Mondrian os soñaría, pues tejéis rectas puras que al aire se entregaban, formas que en mar y cielo se encontraban, símbolo eterno que jamás huís. Compañeras del alma en soledades, sois báculo y consuelo en la tormenta, flexibles en la furia del destino. Naturaleza o Dios dio claridades, templanza que a los hombres alimenta, y un gesto vertical que apunta al sino. II. Las suripantas Mas no sois solo espíritu en el cielo: místicas, sí, mas carne que se ondula, palmeras que la brisa disimula, y el aire es danza, ritmo sin recelo. Suripantas del vientre, con su velo, mezcláis lo sacro y lo sensual que ulula, dando al espacio un arte que vincula lo profano y lo santo en paralelo. Así vivís, palmeras, en contraste: con gracia os vence el huracán ...

COPLAS A LA FERIA DEL LIBRO

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  COPLAS A LA FERIA DE LA VANIDAD, OTRORA DEL LIBRO. Una vez más se levanta el circo en esta ciudad, con carpa de los espejos, feria de la vanidad. No busques buena escritura, ni halles valor literario, que esa feria está en la plaza del viejo libro olvidado. En la feria del usado, del libro viejo y cabal, allí sí laten las letras, tesoro más natural. Aquí en el Tontódromo, Paseo Alfonso llamado, hay papel a borbotones, pocos libros consagrados. Mirones llenan la calle, vendedores con su afán, compradores hay bien pocos, ¡qué espectáculo banal! Llegó la jubilación, muchos soñaban su día, publicar todo lo dicho que en su vida no cabía. Unos dicen que el silencio fue injusticia o conjuración, otros culpan al destino, hasta a la conspiración. Mas todos quieren la gloria, ese laurel en su frente, y un rato tras el mostrador con su libro reluciente. Los políticos sonríen, contentos de su papel, dan a los votantes feria y le llaman “culturel”. Los periodistas, gustosos, les aplauden, cos...

SARAH BERNHARDT Y EMMANUEL BOCHER, EL ÚNICO AMOR EN UN MAR PROMÍSCUO

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    Epígrafe Este poema se inspira en un episodio real narrado por Sarah Bernhardt en sus memorias, "Ma double vie", cuando, huyendo del cerco de París, un joven soldado alemán le habló del militar francés Emmanuel Bocher, su verdadero amor. El poema entrelaza ese recuerdo con la historia novelada de Bocher —ahijado de John Caradoc, protagonista de la novela Caradoc — y con la figura del arquitecto ciezano Ramón Hervás, protector de Sarah en su etapa más oscura. Todos ellos convergen en el universo narrativo de Zabálburu, un murciano ignorado en su tierra, donde el amor, la memoria y la dignidad se rescatan desde los márgenes de la Historia.       Sarah Bernhardt y Emmanuel Bocher, el único amor en un mar promiscuo .   Fragmento primero: El amor de la divina.   I De todos los teatros fue eminencia, clamaron su figura emperadores, poetas, estadistas y pintores rindieron a sus dones reverencia. II Su voz ll...