Santa María de Gracia. Soneto
A Santa María de Gracia
Eres el centro sacro del Imafronte,
a ti consagrada, excelsa y coronada,
no eres la madre humilde y desolada
No imploras clemencia o perdón, te afronta
la luz de un niño-dios en la madrugada,
no eres pasión que traspase quebrada,
sino vigor de mármol que remonta.
Diosa griega en murciana catedral,
de senos prietos, carnes turgentes,
con nariz de los dioses, inmortal.
Florentino ideal, entre corrientes
de fe y arte —a ti pedimos calor,
amparo en tu mirada, madre y flor.
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