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Mostrando entradas de julio, 2025

BAJO EL LECHOSO CIELO DE LIMA I

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  Perú, herencia viva de la historia, tres veces tierra: cumbre, selva, arena, con Lima, su fulgor y su memoria, legado universal que al mundo suena. Milagro urbano en barro se revela: una pirámide junto a Miraflores, la Huaca Pucllana, que aún consuela la voz sagrada de sus constructores. Octógono prodigio de occidente, de órdenes, cornisas y retablos; San Pedro, San Agustín y su gente, Santo Domingo y los franciscanos. La plaza en su latido lo condensa: catedral, palacio, el virreinato, el arte en San Francisco reverbera, Zurbarán alumbra el arrebato. Cincuenta mil fémures en la tierra, silencio y hueso al pie de la muralla; Rímac murmura el fin de vieja guerra y el cerro es testimonio de la falla. La sangre campesina aquí buscó refugio de Sendero y su demencia; la Lima antigua, entonces, se templó con años de dolor y resistencia. Nota explicativa al poema  Bajo el cielo lechoso de Lima I El poema es un conjunto de  serventesios  —estrofas de cuatro versos end...

COPLILLAS DE LOS PELÍCANOS

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De niño, en pupitre y calma, con palillero y afán, dibujaba letra y alma con tinta marca Pelikan. El pelícano era entonces nombre bello de tintero, y en los libros, con sus bronces, un extraño mensajero. Siempre supe que existía, con su bolsa y su perfil, pero verlo, ¡quién diría!, superó lo más sutil. En Paracas, tierra y viento, al Pacífico miré, y me embargó un sentimiento que jamás imaginé. Sobre islas de roca y canto, las Ballestas me envolvieron, y en su vuelo y en su llanto mil pelícanos cayeron. Como en páginas saladas de Melville o Stevenson, las aves no eran soñadas, ni inventado el chapuzón. Un Carvalho sin recelo me sentí, con otro olor: no al café, sino al anhelo de aventura y su rumor. La pluma, que fue de tinta, se tornó ave en libertad, y en la espuma que se pinta vi escribir la realidad. EPÍLOGO A MODO DE CONCLUSIÓN Qué misterio hay en los días que nos tornan de cristal, y lo que eran fantasías se hace verdad del litoral. No cambié pluma por remo, ni tintero por timón,...